Querida madre: Ya ha comenzado el mes de
Junio, nunca podré olvidarlo, es el mes de tu partida y los recuerdos regresan,
están tan recientes como hace ocho años.
Cuando las terrazas se llenan de gente que, cansadas de pasar frío durante este prolongado invierno, se lanzan a la calle para disfrutar de este bienvenido calorcillo….
Yo ni ganas tengo de moverme de casa, son
demasiados los recuerdos que me atan y me retienen en este rincón, mi
preferido.
Deseo escribirte, madre, como siempre vengo
haciendo cuando tengo un ratito para estar contigo.
Los últimos días que pasé a tu lado,
dejaron en mí una profunda huella, yo sabía que te perdía, pero me rebelaba
ante la idea y no quería aceptar lo inevitable, nunca me he sentido más
impotente ¡Pensar que te quería tanto y era incapaz de retenerte…!
Lloraba a escondidas para evitar tu
angustia al descubrir mi dolor.
Por momentos he tenido la sensación de que,
una parte de mí, se iría contigo, me veía tan indefensa al faltarme tu
protección…
Como era incapaz de razonar, no podía entender como tu vida se iba apagando en cada amanecer.
En esos últimos días, creo que llegué a experimentar una regresión, me volví niña, pero con necesidades de bebé, en esos momentos necesitaba tanto el biberón como esas calorías afectivas que sólo tú, madre mía, me podías ofrecer.
¿Qué iba a ser de mí cuando te fueras? Esta
pregunta me la repetía una y otra vez.
Como verás, un momento de debilidad lo tiene cualquiera, perdona madre, no quiero que te entristezcas, tu hija sigue adelante porque tú la guías y sigues con ella.
Aprieta mi mano, madre mía, hoy te necesito muy cerca.
LLEGA OTRO MES DE JUNIO
IMPOSIBLE
DETENER EL TIEMPO
SI PUDIESE ARRANCARÍA
ESTE MES DE MI RECUERDO.
TRES MESES QUE SON FUNESTOS
SE LLEVARON MIS AMORES
LA CAUSA DE MIS LAMENTOS.
TIEMPO ATRÁS, EN FEBRERO,
MI PADRE SE FUE PRIMERO
SUMIDAS EN DESCONSUELO
LARGO LLORAMOS SU VUELO.
DICEN QUE TODO SE CURA
QUIZÁS EL GALENO ES EL TIEMPO
PUES, CUANDO TODO ESTABA EN CALMA
Y MECIDA LA PENA EN DULCE SUEÑO…
LLEGÓ UN JUNIO CALUROSO
QUE TE ARRANCÓ DE MI LADO
ROMPIÉNDOME EL CORAZÓN
POR TANTO COMO TE HE AMADO.
¡MADRE!
LLEGANDO JUNIO…
¡IMPOSIBLE NO LLORAR AL RECORDARLO!
Y ahora, por cambiar un poco de tema, me
estoy acordando de que una amiga bloguera: Marisa G. me ha invitado a BBSSear,
algo así como para que me anime a aportar un plato fresco.
Me hubiese encantado hacerlo con esa
ensalada que preparé unas semanas atrás: con langostinos y mandarinas que,
dicho sea de paso, estaba deliciosa, pero se me ha pasado.
Espero y deseo que sirva este quiche
ligerito, se puede hacer de un día para otro y se mantiene jugoso y rico una
vez frío.
QUICHE DE SALMÓN AHUMADO Y PUERROS
INGREDIENTES:
Una lámina de pasta quebrada, dos puerros
grandes y una cebolleta, 175
gramos de salmón ahumado, 250 gramos de leche
evaporada, dos huevos grandes o tres pequeños, un poco de pimienta molida, sal,
aceite y 70 gramos ,
más o menos, de queso rallado.
1-
Desenrollar la pasta quebrada y forrar con ella un molde redondo.
Presionar con los dedos para que se adhiera al fondo y paredes del molde,
cortar el sobrante de los bordes. Reservar en un lugar fresco.
3-
En una sartén, con un poco de aceite, poner a pochar los puerros y la
cebolleta picados, añadirles el punto de sal y pimienta (he utilizado dos
tipos, roja y negra que ya vienen molidas), dejar que se vayan haciendo
lentamente.
4-
Cuando todo está bien pochado y adquiere un ligero color dorado, se
retira la sartén del fuego y se añade el salmón troceado.
9-
Dejar por espacio de unos 30 minutos y, cuando adquiere un bonito color
dorado en toda la superficie y el huevo está completamente cuajado, es el
momento de retirarlo del horno. Se puede comer templado o frío.
Y como por esta tierra está haciendo
muchísimo calor, dejo volar la imaginación y me veo contigo cerca del mar,
estamos sentados en una terraza que da a la playa y, mientras el sol se esconde
y las sombras dominan la inmensidad de las aguas, a lo lejos, la luz de un faro
marca un sendero que los marineros conocen bien, dime: ¿Te apetece el quiche?
Yo mejor pediría unos mejillones o
berberechos al vapor, tienen un refrescante sabor a mar y siempre están
deliciosos.
Madre, verás que tu hija vuelve a soñar, no
todo es llorar, también sonrío y hoy mi mejor sonrisa te la dedico a ti.
Recibe todo mi cariño en un fuerte abrazo.
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